martes, 22 de abril de 2014

Maratón de Rotterdam (José Serna)

El pasado domingo 13 de abril participé en la XXXIV edición de la maratón de Rotterdam. Esta fue mi sexta maratón, y, a diferencia de las cinco anteriores, en las que por dejadez, trabajo u otros menesteres no llegué a escribir una crónica, esta vez, no puedo faltar a mi compromiso con Toni de compartir mi experiencia, lo cual debo decir que ha quedado un poco extenso.
Correr una maratón es algo especial para mí. No sólo está el hecho de correr esta distancia mítica, lo que me sirve para planificar los entrenamientos (aunque luego sólo cumplo en un 60-80% los planes de entrenamiento), sino porque aprovecho para viajar con mi mujer, pasar unos días con antiguos y buenos amigos (los hermanos Irastorza y en una ocasión Toni y Belén) y conocer amigos de mis amigos (Juan Hurtado y Manu Vidal), que han resultado ser tíos cojonudos. En esta ocasión, la experiencia la compartí con Inma, Javier, Luca, Andrea, Jaime y Manuel (las mujeres no corrieron pero su presencia es indispensable y parte del evento).
La decisión de ir a correr a Rotterdam puede parecer curiosa. Como he comentado, aprovecho estas carreras para viajar; ya había estado en Madrid, París, Berlín, Roma y Atenas, con lo que de las “grandes” maratones de la vieja Europa me faltaría ir a Londres, pero esta tiene el problema de la hipermasificación (al igual que Nueva York), que te obliga entrar en un sorteo, y yo no soy especialmente afortunado para los juegos, parece ser que porque lo he sido en el amor. En la decisión sobre la maratón para la temporada de primavera de este año estábamos a finales del año pasado, cuando por motivos de agenda (una fecha a comienzos de vacaciones de Semana Santa que posibilitara tomarse unos días de asueto) y familiares de mi amigo Javier (su esposa es holandesa y tienen una preciosidad de niña que los abuelos desean ver), nos decidimos por ir a correr a Rotterdam.
La información sobre la maratón la cataloga como “rápida”, dado que el perfil es muy plano (Holanda es un país donde el pico más alto tiene unos 300 m http://en.wikipedia.org/wiki/Vaalserberg) y las condiciones climáticas buenas para correr (temperatura promedio en abril de 9ºC http://www.holiday-weather.com/rotterdam/averages/), adicionalmente, tiene la catalogación de “Road Race Gold” de la IAAF (básicamente implica que hay 5 atletas de élite que van a correrla, y medidas de calidad en cuanto a la medición del tiempo y la logística http://www.justrunlah.com/blog/2013/12/19/iaaf-label-road-races-and-how-marathon-distances-are-measured/). Por tanto, la cosa parecía prometer, con el adecuado entrenamiento podía intentar bajar de mi marca en la distancia de 3h23’ en Madrid 2011. Sin embargo, las cosas nunca salen como uno planifica y sufrí una tendinitis a finales de enero que se prolongó buena parte de febrero. La lesión, unida al trabajo, hizo que llegara a la fecha de la carrera habiendo cumplido con alrededor del 60% del plan de entrenamiento y sin tiradas muy largas (y las realizadas, hechas con muchas paradas) y más peso que en ninguna de mis maratones anteriores (este incremento está siendo progresivo desde mi regreso a Murcia hace 2 años). Esto hizo que llevara en mente salir a ritmo de unos 5 min/km e ir probándome a 4’50’’ conforme avanzara la carrera.
Llegué a Rotterdam el viernes 11 por la noche. Descanso en un hotel céntrico y a la mañana siguiente feria del corredor. A diferencia del resto de maratones en que he participado, la feria del corredor estaba ubicada en un recinto céntrico al que se podía ir andando desde donde estaba hospedado. Esto está muy bien, porque no se pierde el tiempo yendo a recintos feriales apartados, hecho que sólo he disfrutado  en Berlín, donde la feria se hace en el antiguo aeropuerto de Tempelhof (el del puente aéreo con el que se suministraba a Berlín durante la guerra fría http://es.wikipedia.org/wiki/Aeropuerto_de_Berl%C3%ADn-Tempelhof, con un precioso DC3 de recuerdo). Tras la recogida del dorsal y visita de rigor a la feria, con compra de geles, apetecía un paseo con mujer y amigos para una primera visión de la ciudad. Pasamos por el  museo marítimo, cogimos un bus-barco para pasar bajo el puente de Erasmo y tomamos una cervecita frente al hotel América. Para comer, los típicos macarrones con tomate para coger hidratos y al hotel a cambiarse porque nos habíamos apuntado a la mini-maratón de 4.2 km.
Como no he hecho otras crónicas he de comentar aquí que en París y Berlín, el día previo a la maratón se hace una pequeña carrera por la mañana (a la que no hay que apuntarse, es totalmente libre). La filosofía de estas carreras es trotar suavemente (yo las he hecho a unos 7 min/km) viendo alguna zona de la ciudad, y aprovechar, aquellos corredores que van en familia, para pasar un momento de deporte con los chavales. Generalmente tienen un tono muy divertido, con banderas de todos los países, música e incluso gente disfrazada. Adicionalmente, en Berlín se acaba en el estadio olímpico del 36 (impresionante obra por su arquitectura y su simbolismo http://es.wikipedia.org/wiki/Juegos_Ol%C3%ADmpicos_de_Berl%C3%ADn_1936). Esperando encontrarnos algo parecido en la minimaratón de Rotterdam nos sentimos algo defraudados. Era una prueba con cronometraje para aquellos aficionados que están empezando con lo del running. Había equipos y alguna persona en tono divertido, pero también había quien iba a romper el crono y no se conseguía el espíritu de París o Berlín. Realizada la prueba, una ducha, un segundo paseo visitando las casas cubo y cena con pasta (esta vez spaghetti).
Llegó el día de la carrera, como la salida estaba próxima al hotel y era a las 10:30 no hacía falta un madrugón. A las 8 arriba, desayuno completo en el hotel, aseo, descanso y a las 10 para el punto de encuentro con los compañeros. Realizamos un calentamiento muy suave de 5 minutos, nos hicimos la foto de rigor y nos dirigimos a los cajones de salida. Una vez en el cajón, con la bebida de la mañana y el fresquito de primera hora (aunque la verdad no he pasado el frío que he tenido en otras carreras) siempre tengo ganas de ir al aseo. Parece ser que no soy el único y la organización, previsora, había colocado urinarios en el lateral interior de los cajones de salida. De esta forma pude comenzar, por una vez, sin la sensación de que tengo que parar en cuanto finalice el mogollón inicial para evacuar líquidos. La temperatura era buena, en torno a los 7-8 grados, y no hacía prácticamente viento, que el día anterior había aparecido por unos momentos.
A las 10:30, con puntualidad, se da la salida, un par de minutos después estoy atravesando el arco de inicio. La salida en Rotterdam no se hace en una avenida anchísima, con lo que el principio es algo agobiante. Como suele ocurrir en estas carreras, la masificación hace que el comienzo sea más lento e incómodo de lo deseable. Pasado el km 1 llegamos al puente de Erasmo y ya se podía ir cogiendo el ritmo. Comencé según lo previsto a unos 4’50’’ /km. En torno al km 3 noto una pequeña molestia en el lateral del pie derecho, justo donde había tenido la tendinitis un par de meses antes. No sé si fue psicológico o el pie se fue acomodando y se me pasó la pequeña molestia, la cosa es que me asusté un poco pero en unos minutos se me pasó el susto. Continué a un ritmo entre 4’55’’ y 4’40’’ hasta el km 7. En esa zona, la carretera se estrecha mucho y se para bastante la carrera, además había llegado al globo de las 3h30’, lo que contribuía a la acumulación de gente. Opté por ir por un carril bici lateral y superar el globo. A partir de ahí mantuve un ritmo entre 4’35’’ y 4’45’’ hasta la media maratón, ritmo al que iba cómodo.
Los avituallamientos, situados cada 5 kms, sin ser mi pasión el uso de vasos (prefiero la botella, que me permite dosificarme la bebida), estaban bien planificados, sólo en los kms 5 y 10 había agobio de gente, y me sirvieron para valorar la longitud de los mismos y darme cuenta que eran bastante largos y no tenía por qué ir a coger el vaso de los primeros voluntarios. El agua se daba en vasos de papel (no de plástico ultradeslizante como en París) con una esponja arriba. No sé si la esponja era para refrescarse (tengo mis reservas porque entre avituallamientos había puestos de refresco con esponjas de morfología diferente), o para evitar la salida del agua. También daban isotónica en todos los avituallamientos, cosa de agradecer, y al precio de estas carreras, asumible por la organización, aunque no siempre se suministra (p.ej. París). Se echaba en falta algo de avituallamiento sólido, sobre todo plátanos.
Volviendo a la carrera, pasé por media maratón en 1h40’. Me estaba sorprendiendo el poder llevar el ritmo de 4’40’’ y pensaba que con el devenir de los kms pagaría el esfuerzo. En esta zona de la carrera me tomo el primer gel y valoro que la temperatura es buenísima y que el viento no ha hecho acto de presencia, así que me decido a seguir manteniendo el ritmo. Pasado el km 25 se vuelve a atravesar el puente de Erasmo, en este caso, la pequeña subida al puente ya se hace notar un poco en las piernas. Hasta este km la carrera discurre en la zona sur de la ciudad, una zona bastante residencial, donde se encuentra el estadio del Feyenoord y algún que otro jardín. La gente sale de sus casas a animar pero no hay la masificación de otras maratones (también la ciudad es más pequeña). El regreso  al puente de Erasmo permite disfrutar de una vista muy bonita de la ciudad; el mayor atractivo de Rotterdam es su arquitectura, con grandes edificios de aspecto llamativo construidos en los últimos años, dado que la ciudad fue bombardeada y prácticamente destruida en la II Guerra Mundial. Al volver al puente de Erasmo, el ambiente es espectacular, con multitud de gente animando. Como los dorsales llevan impreso el nombre, es curioso ver a los holandeses pronunciando “José” para darte ánimos. Además, el nombre como no deja dudas a su españolidad, cuando veo alguna bandera española me acerco a ella y la gente anima más efusivamente. Atravesado el puente se vuelve a la zona norte de la ciudad, la más céntrica, se hacen unos giros, se atraviesa un pequeño túnel (no hay maratón sin túnel en que las piernas sufran y el gps se vuelva un poco loco) y se encamina hacia un gran jardín.
En esta zona hay mucho más ambiente, de gente y de bandas de música. Al rato de atravesar las casas cubo, se llega al km 30. En ese momento, tras tomarme el segundo gel, valoro que voy bien y que podría intentar hacer las 3h15’ (subidón), así que empiezo a apretarme y marco el parcial de 5 km más rápido de la carrera entre el km 31 y el 36 a 4’30’’. Esta zona es engañosa porque tiene una ligera pendiente negativa que ayuda bastante, pero que luego hay que recuperar. En la zona de retorno hacia el centro soy consciente de este pequeño desnivel positivo y que no llego a las 3h15’ ni por asomo, así que me lo tomo con algo más de calma y vuelvo al entorno de los 4’50’’.
Al atravesar el km 40, vienen los kms que se corren disfrutando si vas bien de piernas, y, efectivamente, saboreo el ambiente que hay. Antes de llegar al 42 comienzo a buscar a Inma, que siempre que me acompaña me espera en la zona de meta, pero no consigo verla entre la gente y no la oigo entre los gritos. En esta situación, cuando llego a 250 m creo que ya no la voy a ver y, al ver el crono que está en menos de 3h20’ de tiempo oficial, me pongo a correr como si no hubiera mañana (que a estas alturas y según datos del Garmin es a 4 min/km) y consigo llegar en 3h20’ de crono oficial. El tiempo real fue de 3h18’05’’, siendo mi mejor marca personal, y con unas sensaciones realmente buenas. Atravesada la meta, a coger la medalla, hidratarse, estirar un poquito y regresar al hotel a ducharse. Para mí la maratón acaba con la cena homenaje que nos damos los amigos esa misma noche, y el resto de viaje lo dedico a estar con mi mujer y visitar la ciudad de Amsterdam, con sus canales y museos.
A modo de cierre, animar a quien no lo haya hecho a participar en una maratón. Hay a quien le gusta, y hay a quien no le apasiona estar 42 km corriendo por asfalto. En mi caso, como dije al principio se juntan muchos factores para disfrutar de estas pruebas. Todas han tenido algo de especial, Madrid por ser la ciudad donde he vivido 13 años y que me apasiona. París, por la ciudad en si, el final en el arco del Triunfo, y porque casi me da una hipotermia al llegar. Roma es indescriptible en cuanto a belleza, sobre todo en los kms que transcurren por el centro. Atenas,  porque es la maratón mítica, y teniendo un recorrido feo donde los haya, tiene un final acojonante en el estadio Panatinaikos, el estadio de mármol blanco donde se celebró la primera olimpiada. Pero, personalmente, si alguien me dice que quiere correr una maratón en el extranjero, yo le recomiendo Berlín, en cuanto a organización y ambiente maratoniano es, sin duda, la mejor, y, la ciudad merece la pena verla. Así pues, Rotterdam, sin ser la más bonita en su recorrido (Roma), ni en su final (París, Roma, Berlín y Atenas tienen un final mítico), y sin ser un evento especialmente simbólico (Atenas o Madrid para mi), ni ser a la que llegaba en mejor forma, ha sido la que con mejores sensaciones he corrido, cosas de la vida.

P.S. La crónica de la carrera de mi amigo Javier se puede encontrar en inglés en http://theblogbyjavier.com/2014/04/17/rotterdam-marathon/




5 comentarios:

  1. Enhorabuena por la gran marca, aunque físicamente no pareciera que llegaras preparado lo supiste contrarrestar mentalmente donde sin lugar a dudas tú eres más fuerte que muchos de nosotros y para estas pruebas es tan importante la mente como el músculo...
    Yo pienso igual que tú de que las maratones tienen algo de especial y sin lugar a dudas son las carreras donde más disfruto a la vez q sufrimos.
    Ahora a descansar e ir pensando en la 7ª !!!

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  2. Gran carrera y gran cronica, algun dia me gustaria hacer alguna fuera, seguire los consejos. Lo malo del maraton es que hay pocos, y poca gastarse dinero, viaje... Nos vemos pronto

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  3. Enhorabuena por la marca personal y por la buena carrera. Y parece que es buena idea eso de aprovechar los viajes para correr este tipo de carreras.

    Saludos.

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  4. Muy buena crónica, buena carrera y marcón! felicidades! para el año que viene tomare tu consejo y el de Toni y aprovecharé para hacer un viaje y correr una de estas maratones.

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  5. Gran cronica y sobre todo gran carrera!!!!eres un monstruo,como lo llevaste todo al pelo y controlao,enhorabuena por tu MMP!!!!

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