Después del fracaso del año pasado al
tener que retirarme en el km 23 al ir enfermo y con fiebre, el pasado sábado día
2 fui de nuevo a participar en esta carrera junto con Dani e Isidro.
La verdad que no iba con demasiada "ilusión"
o "ganas", cosa extraña dada la carrera que era, una de las que, a
priori, más ganas les tenia este año y de las bonitas de toda la Región. El
motivo de esto creo que es que últimamente estoy saturado de carreras. Desde la
carrera del Valle el 8 de septiembre he participado en menos de 2 meses en 8
carreras y no precisamente suaves, entre ellas estaban 2 maratones de montaña
(Yeti y Almudayna), un triatlón olímpico (Carboneras), el ultrafondo de Molina
y dos carreras de montaña que no son tampoco poca cosa, sobre todo Ricote. El
resultado de esto, que voy a las carreras sin mucha motivación y casi sin ganas
y no acabo contento y satisfecho las pruebas a pesar de haber mejorado y mucho
en todas ellas con respecto a años anteriores, pero bueno, la culpa de esto es
solo mía por apuntarme a tantas pruebas, el año que viene planificare mejor
esta parte de la temporada y listo.
Centrándome en el Yeti, decir que la carrera
era de semiautosuficiencia, es decir, pocos avituallamientos y sin recipientes
donde beber (vamos, que tenias que llevar tu propio botellín de agua para que
te lo rellenaran). Por este motivo y tras alguna pequeña discusión con la organización
por facebook al poner en las reglas que se rellenarían botellines y no mochilas
(aun sigo sin entender el motivo de esto...) decidí llevar la mochila de agua
llena y un botellín vacio para ir rellenándolo e, irónicamente, fue esto lo que
me salvo de no acabar muy mal o incluso retirado tras la crisis que sufrí en la
carrera como explicare más adelante...
Bueno, pues como he dicho, empecé la
carrera con la mochila de 2 litros llena, el botellín vacio para ir rellenando
tras beberme la mochila, el cortavientos y una bolsa de dátiles para ir
comiendo durante la carrera. Personalmente no me incomoda mucho correr con
mochila, aunque ralentiza algo (pero eso
es igual para todos los corredores) estoy bastante acostumbrado a ella al
entrenar habitualmente montaña con mochila y al tener la costumbre de correr
con el macuto del gimnasio en la espalda al aprovechar para hacer salidas no
muy largas antes de llegar o al salir del gimnasio.
El principio de la carrera fue bastante
bien: tiempo fresco, subida constante y bastante corrible durante los primeros
14 km del recorrido con un avituallamiento en el km 7,5 aproximadamente en el
que decido no parar al suponer no haber gastado el agua de la mochila y tener
los dátiles. Cuál fue mi sorpresa cuando unos pocos kilómetros mas adelante me
doy cuenta de que me he quedado sin agua al haberse pinchado la mochila y, peor
aún, los dátiles están incomibles al estar mojados. Decido mantener la calma
pensando que en poco más de 10 km (1:40 - 1:45 de tiempo, calculo) hay otro
avituallamiento, que puedo aguantar perfectamente y que, por suerte, llevo el
botellín para poder beber y llevar agua durante la carrera. Con este panorama
corono con Isidro la primera subida y empezamos juntos el primer descenso
(fuimos juntos casi toda la carrera), un descenso rápido, no muy técnico y muy
divertido. Tras esto llegamos a la segunda subida en el km 19 y la verdad que
voy ya algo tocado pero, por suerte, un corredor al oírme hablar con Isidro y ver lo
que me había pasado me da algo de agua e isotónica suya, pero bebo poco puesto que
tampoco es cuestión de abusar de la gente y menos en una carrera tan dura, de
semiautosuficiencia y con avituallamientos tan separados.
Aun así llego bastante bien (o eso supongo
yo...) al segundo avituallamiento (km 21). Bebo, como, recargo mi botellín y le
comento a Isidro que vamos muy bien para lograr el objetivo de las 6 horas (objetivo
algo irreal, todo sea dicho, en realidad mi previsión realista era hacer sobre
las 6:15) al llevar 21 kilómetros en menos de 2:48 a algo menos de 8 min/km que
era el ritmo necesario para bajar de las 6 horas.
Tras el avituallamiento coronamos la
segunda subida (casi km. 23, donde me retire el año pasado y llegue caminando
13 km al Berro junto con un senderista), voy optimista porque parece que lo del
agua no me ha afectado (craso error como comprobaría mas adelante...) y decido
tirar rápido en la “bajada de la tubería” en compañía de un corredor conocido
del equipo Cathedral Hostel. En este tramos Isidro se retrasa unos minutos al tener que parar por
problemas estomacales como consecuencia de haberse tomado un gel y haberle sentado mal.
Llego al principio de la subida al Morrón
Chico y al avituallamiento allí situado (km. 29 y pico y algo menos de 3:55
horas de carrera) todavía optimista y pensando que lo de bajar de las 6 horas
es posible al ir todavía por debajo de los 8 min/km. Comienzo la primera pared
(porque eso no es una rampa, es una pared, mas de 350 m de desnivel en 1 km,
una inclinación media de más del 35 %...) bastante animado e incluso adelanto a
algunos corredores que están pasándolo muy mal: retirados, con desvanecimientos,
sentados descansando...: la dura subida y el fuerte calor con el sol dando en
la espalda y la cabeza hizo mucho daño. Cuando voy ya por la segunda mitad de
la subida empiezo a encontrarme mal, en muy poco tiempo paso de ir subiendo medio
bien a ir arrastrándome, parando para descansar, medio mareado y con dolor de
cabeza, supongo que estoy sufriendo una pájara. La verdad que era la primera vez
que me pasaba y es la peor sensación que he tenido nunca corriendo, es ir como
medio atontado, muy cansado y sin fuerza. Voy hacia delante por inercia, pienso
en retirarme pero por una mezcla de orgullo, rabia (retirarme dos años seguidos
en la misma carrera sería algo humillante, lamentable y ridículo) y
desconocimiento de lo que quedaba (subí el Morrón Chico en la Mini Yeti 2010
pero con frío niebla y algo de lluvia no se me hizo tan dura y, ademas, no la recodaba muy bien) decido que
por cojones no me retiro, que o llego a la meta o salgo de allí en camilla.
Antes de acabar esta primera pared veo a
Isidro más abajo, veo que va también tocado pero que sube algo más rápido que
yo. Al llegar al final de esta primera pared ya he gastado todo el agua del botellín
(la deshidratación de la primera parte de la carrera ha pasado factura...), aquí
comienza una corta zona de ligera subida hasta el “caracol” fácilmente corrible
en condiciones normales, pero yo no puedo, voy muy mal. En esta parte me coge
Isidro, me da algo de agua y consigo ir con el a duras penas hasta el final del
“caracol” que el corona unos segundos antes que yo y me espera. De nuevo
comienza otra parte de subida suave y corrible, pero, de nuevo, no puedo,
Isidro se aleja trotando y yo sigo como puedo. Un poco después, cuando parece
que va a acabar la subida, me llevo otro palo, tras una curva veo que aún queda
un trecho mas de subida (con un tramo final bastante duro) hasta llegar a la
caseta y coronar. Veo a unos 500 – 1.000 m. a Isidro que sigue a trote y se le
ve bastante bien, yo sigo arrastrándome, avanzando por inercia, mareado y tropezándome.
A duras penas consigo coronar un poco antes del km 35 con un tiempo de 5:36:30,
hacer los últimos 6 km con un desnivel acumulado de más de 800 m. me ha llevado
la friolera de más de 1:45:00..., a estas alturas solo pienso en acabar, no me
planteo ya tiempo ni nada, solo hacer los últimos casi 10 km de bajada y llano
como sea.
Al comenzar a bajar veo que tampoco tengo
ni fuerzas para correr o trotar cuesta abajo, me cruzo con Carmelo y me dice
que tengo muy mala cara, le digo que voy fatal, después me cruzo con unos
senderistas que me ofrecen agua, la acepto sin dudarlo ni un momento y me
siento algo recuperado, al menos ya puedo medio trotar / media andar rápido en la
parte de bajada técnica.
Con más pena que gloria llego al último avituallamiento del km 38.5, me paro, veo que tienen dulce de membrillo, agua e isotónica, tomo bastante de cada cosa, sobre todo de dulce de membrillo (unos 4 o 5 trozos), lleno de nuevo el botellín y sigo para abajo. En algo más de un par de minutos veo que me estoy recuperando (el subidon de azúcar del membrillo está haciendo efecto...), veo que de nuevo puedo correr y divertirme algo por el poco trozo de senda de bajada que queda, llego a la pista y me veo totalmente recuperado de la pájara, eso sí, cansado por las mas de 6 horas corriendo y los casi 40 km., pero muscularmente perfecto y sin el bajón de la pájara. Esto hace que me cabree aun mas al pensar que la puta pájara no tiene nada que ver con mi preparación, forma física, ni nada, es simplemente consecuencia de un cumulo de circunstancias inevitables en gran medida (rotura de mochila y deshidratación subsiguiente, calor, etc...). Vacio el botellín de agua para llevar menos peso y comienzo a correr por el falso llano de la pista, llego al último avituallamiento y no paro, cojo la rambla lo más rápido que puedo, adelanto a varios corredores que van ya muy tocados y el terreno técnico de la rambla los ha rematado, entro en el pueblo y cruzo la meta con un tiempo de 6:48:50 en la posición 89 de la general habiendo hecho los últimos 6,5 km en poco más de media hora y bastante recuperado teniendo en cuenta el mal momento pasado.
Por su parte Isidro ha llegado hace algo más
de un cuarto de hora haciendo 6:32:29 en la posición 76 y mi hermano hace ya
una eternidad que cruzo la meta (incluso ya se ha ido para Murcia) con un magnifico
tiempo de 5:11:50 en la posición 19.
En ese momento estoy muy decepcionado y
enfadado, me comenta Isidro que el no quiere venir el día siguiente a la prueba
de MTB (estábamos apuntados al Yeti Challenge), yo le comento que tampoco, no
porque vaya a estar mal físicamente (no tuve ni una sola molestia de esta índole
en la carrera y al día siguiente estaba perfecto, algo cansado pero en
perfectas condiciones para correr o salir en bici), simplemente porque pienso
que estoy hasta los huevos de carreras, de la saturación de los últimos meses,
de viajes en coche, de madrugones, etc..., aun así el domingo me despierto a la
7 de la mañana, me pienso y mucho el irme para Alhama, pero el viaje en coche,
el no llegar otra vez a casa hasta las 4 de la tarde y el tener que preparar
todo el equipo en ese momento, después de la carrera y al volver a Murcia me
convencen de que no. Barajo la posibilidad de irme para la Maratón a correr sin
dorsal los kilómetros que pueda o, incluso, entera, pero recapacito y decido
que no voy a hacer yo lo que tantas veces he criticado (correr sin dorsal) y
menos en una prueba tan importante como la I Maratón de Murcia. Finalmente
decido volverme a la cama e irme unas horas más tarde para la meta de la maratón
a ver al resto de compañeros de equipo.
Aunque en los días posteriores al Yeti
estuve algo desanimado y enfadado, el paso de los días me ha hecho ver las
cosas con más perspectiva y extraer unas conclusiones positivas de lo que en
principio fue un desastre de carrera:
- En primer lugar y más importante es que, sorprendentemente, muscularmente no sufrí lo mas mínimo, ni calambres, ni tirones, ni subidas de gemelos o cuádriceps, nada de nada a pesar de la deshidratación y la pájara. Me puse a pensarlo y vi que desde hace algo más de un año no sufro dolencias de este tipo corra la distancia que corra y el tiempo que corra. Las últimas veces que recuerdo molestias de este tipo, aunque bastante leves, fueron en Las Fortalezas 2012. Por fortuna, atrás quedaron auténticos suplicios de esta índole sufridos en Las Fortalezas 2011 y, sobre todo, en La Almudayna de ese mismo año. En La Almudayna 2012, 2013, La Falco 2012, Las Fortalezas 2013, el Ultrafondo de Molina de 2013 y en este Yeti, nada de nada. Se ve que voy asimilando distancias y duración de carreras y entrenamientos.
- Y, en segundo lugar, que fui capaz de sobreponerme y recuperarme a una crisis bastante fuerte. Esto lo considero importante porque si alguna vez tengo la intención de hacer Ultratrails de cerca de 80 - 100 km o incluso mas supongo que se sufrirán crisis y pájaras de este tipo y también supongo que debe ser bueno tener la experiencia y la fuerza mental y de voluntad para sobreponerse y no rendirse y retirarse.
Saludos a todos.
El Yeti con calor se puede hacer muy duro, lo de la semiautosuficiencia, aparte de no tener averias en el material, deberiamos haberlo planificado bien. Lo de la carrera de MTB a mi me paso el 2º año, asi que decidi no apuntarme mas. Da mucha pereza.
ResponderEliminarEnhorabuena; lo fácil en tu caso, y lo lógico, era haberlo dejado; pero después de llegar hasta allí, cualquiera lo deja. Un saludo y creo que yo también haré lo mismo, peo sin bici
ResponderEliminarMuy buena actuación de los 3!!hizo bastante calor el fin de semana y así todo es mas duro pero tu supiste reponerte y acabaste muy bien!!genial,muy buena carrera y superando los momentos críticos.Chapeau
ResponderEliminarBuena actuación de los tres...Isidro, del año pasado hasta este has tenido una importante mejora, te estarás machacando!
ResponderEliminarMenuda odisea Pepe, yo creo que solo tienes que afinar, porque el cuerpo y la mente, ya lo tienes adaptado a estas distancias de sobra.