domingo, 10 de noviembre de 2013

Yeti Trail 2013

Después del fracaso del año pasado al tener que retirarme en el km 23 al ir enfermo y con fiebre, el pasado sábado día 2 fui de nuevo a participar en esta carrera junto con Dani e Isidro.

La verdad que no iba con demasiada "ilusión" o "ganas", cosa extraña dada la carrera que era, una de las que, a priori, más ganas les tenia este año y de las bonitas de toda la Región. El motivo de esto creo que es que últimamente estoy saturado de carreras. Desde la carrera del Valle el 8 de septiembre he participado en menos de 2 meses en 8 carreras y no precisamente suaves, entre ellas estaban 2 maratones de montaña (Yeti y Almudayna), un triatlón olímpico (Carboneras), el ultrafondo de Molina y dos carreras de montaña que no son tampoco poca cosa, sobre todo Ricote. El resultado de esto, que voy a las carreras sin mucha motivación y casi sin ganas y no acabo contento y satisfecho las pruebas a pesar de haber mejorado y mucho en todas ellas con respecto a años anteriores, pero bueno, la culpa de esto es solo mía por apuntarme a tantas pruebas, el año que viene planificare mejor esta parte de la temporada y listo.

Centrándome en el Yeti, decir que la carrera era de semiautosuficiencia, es decir, pocos avituallamientos y sin recipientes donde beber (vamos, que tenias que llevar tu propio botellín de agua para que te lo rellenaran). Por este motivo y tras alguna pequeña discusión con la organización por facebook al poner en las reglas que se rellenarían botellines y no mochilas (aun sigo sin entender el motivo de esto...) decidí llevar la mochila de agua llena y un botellín vacio para ir rellenándolo e, irónicamente, fue esto lo que me salvo de no acabar muy mal o incluso retirado tras la crisis que sufrí en la carrera como explicare más adelante...

Bueno, pues como he dicho, empecé la carrera con la mochila de 2 litros llena, el botellín vacio para ir rellenando tras beberme la mochila, el cortavientos y una bolsa de dátiles para ir comiendo durante la carrera. Personalmente no me incomoda mucho correr con mochila, aunque ralentiza algo (pero eso es igual para todos los corredores) estoy bastante acostumbrado a ella al entrenar habitualmente montaña con mochila y al tener la costumbre de correr con el macuto del gimnasio en la espalda al aprovechar para hacer salidas no muy largas antes de llegar o al salir del gimnasio.

El principio de la carrera fue bastante bien: tiempo fresco, subida constante y bastante corrible durante los primeros 14 km del recorrido con un avituallamiento en el km 7,5 aproximadamente en el que decido no parar al suponer no haber gastado el agua de la mochila y tener los dátiles. Cuál fue mi sorpresa cuando unos pocos kilómetros mas adelante me doy cuenta de que me he quedado sin agua al haberse pinchado la mochila y, peor aún, los dátiles están incomibles al estar mojados. Decido mantener la calma pensando que en poco más de 10 km (1:40 - 1:45 de tiempo, calculo) hay otro avituallamiento, que puedo aguantar perfectamente y que, por suerte, llevo el botellín para poder beber y llevar agua durante la carrera. Con este panorama corono con Isidro la primera subida y empezamos juntos el primer descenso (fuimos juntos casi toda la carrera), un descenso rápido, no muy técnico y muy divertido. Tras esto llegamos a la segunda subida en el km 19 y la verdad que voy ya algo tocado pero, por suerte, un corredor al oírme hablar con Isidro y ver lo que me había pasado me da algo de agua e isotónica suya, pero bebo poco puesto que tampoco es cuestión de abusar de la gente y menos en una carrera tan dura, de semiautosuficiencia y con avituallamientos tan separados.

Aun así llego bastante bien (o eso supongo yo...) al segundo avituallamiento (km 21). Bebo, como, recargo mi botellín y le comento a Isidro que vamos muy bien para lograr el objetivo de las 6 horas (objetivo algo irreal, todo sea dicho, en realidad mi previsión realista era hacer sobre las 6:15) al llevar 21 kilómetros en menos de 2:48 a algo menos de 8 min/km que era el ritmo necesario para bajar de las 6 horas.

Tras el avituallamiento coronamos la segunda subida (casi km. 23, donde me retire el año pasado y llegue caminando 13 km al Berro junto con un senderista), voy optimista porque parece que lo del agua no me ha afectado (craso error como comprobaría mas adelante...) y decido tirar rápido en la “bajada de la tubería” en compañía de un corredor conocido del equipo Cathedral Hostel. En este tramos Isidro se retrasa unos minutos al tener que parar por problemas estomacales como consecuencia de haberse tomado un gel y haberle sentado mal.

Llego al principio de la subida al Morrón Chico y al avituallamiento allí situado (km. 29 y pico y algo menos de 3:55 horas de carrera) todavía optimista y pensando que lo de bajar de las 6 horas es posible al ir todavía por debajo de los 8 min/km. Comienzo la primera pared (porque eso no es una rampa, es una pared, mas de 350 m de desnivel en 1 km, una inclinación media de más del 35 %...) bastante animado e incluso adelanto a algunos corredores que están pasándolo muy mal: retirados, con desvanecimientos, sentados descansando...: la dura subida y el fuerte calor con el sol dando en la espalda y la cabeza hizo mucho daño. Cuando voy ya por la segunda mitad de la subida empiezo a encontrarme mal, en muy poco tiempo paso de ir subiendo medio bien a ir arrastrándome, parando para descansar, medio mareado y con dolor de cabeza, supongo que estoy sufriendo una pájara. La verdad que era la primera vez que me pasaba y es la peor sensación que he tenido nunca corriendo, es ir como medio atontado, muy cansado y sin fuerza. Voy hacia delante por inercia, pienso en retirarme pero por una mezcla de orgullo, rabia (retirarme dos años seguidos en la misma carrera sería algo humillante, lamentable y ridículo) y desconocimiento de lo que quedaba (subí el Morrón Chico en la Mini Yeti 2010 pero con frío  niebla y algo de lluvia no se me hizo tan dura y, ademas, no la recodaba muy bien) decido que por cojones no me retiro, que o llego a la meta o salgo de allí en camilla.

Antes de acabar esta primera pared veo a Isidro más abajo, veo que va también tocado pero que sube algo más rápido que yo. Al llegar al final de esta primera pared ya he gastado todo el agua del botellín (la deshidratación de la primera parte de la carrera ha pasado factura...), aquí comienza una corta zona de ligera subida hasta el “caracol” fácilmente corrible en condiciones normales, pero yo no puedo, voy muy mal. En esta parte me coge Isidro, me da algo de agua y consigo ir con el a duras penas hasta el final del “caracol” que el corona unos segundos antes que yo y me espera. De nuevo comienza otra parte de subida suave y corrible, pero, de nuevo, no puedo, Isidro se aleja trotando y yo sigo como puedo. Un poco después, cuando parece que va a acabar la subida, me llevo otro palo, tras una curva veo que aún queda un trecho mas de subida (con un tramo final bastante duro) hasta llegar a la caseta y coronar. Veo a unos 500 – 1.000 m. a Isidro que sigue a trote y se le ve bastante bien, yo sigo arrastrándome, avanzando por inercia, mareado y tropezándome. A duras penas consigo coronar un poco antes del km 35 con un tiempo de 5:36:30, hacer los últimos 6 km con un desnivel acumulado de más de 800 m. me ha llevado la friolera de más de 1:45:00..., a estas alturas solo pienso en acabar, no me planteo ya tiempo ni nada, solo hacer los últimos casi 10 km de bajada y llano como sea.

Al comenzar a bajar veo que tampoco tengo ni fuerzas para correr o trotar cuesta abajo, me cruzo con Carmelo y me dice que tengo muy mala cara, le digo que voy fatal, después me cruzo con unos senderistas que me ofrecen agua, la acepto sin dudarlo ni un momento y me siento algo recuperado, al menos ya puedo medio trotar / media andar rápido en la parte de bajada técnica.


Con más pena que gloria llego al último avituallamiento del km 38.5, me paro, veo que tienen dulce de membrillo, agua e isotónica, tomo bastante de cada cosa, sobre todo de dulce de membrillo (unos 4 o 5 trozos), lleno de nuevo el botellín y sigo para abajo. En algo más de un par de minutos veo que me estoy recuperando (el subidon de azúcar del membrillo está haciendo efecto...), veo que de nuevo puedo correr y divertirme algo por el poco trozo de senda de bajada que queda, llego a la pista y me veo totalmente recuperado de la pájara, eso sí, cansado por las mas de 6 horas corriendo y los casi 40 km., pero muscularmente perfecto y sin el bajón de la pájara. Esto hace que me cabree aun mas al pensar que la puta pájara no tiene nada que ver con mi preparación, forma física, ni nada, es simplemente consecuencia de un cumulo de circunstancias inevitables en gran medida (rotura de mochila y deshidratación subsiguiente, calor, etc...). Vacio el botellín de agua para llevar menos peso y comienzo a correr por el falso llano de la pista, llego al último avituallamiento y no paro, cojo la rambla lo más rápido que puedo, adelanto a varios corredores que van ya muy tocados y el terreno técnico de la rambla los ha rematado, entro en el pueblo y cruzo la meta con un tiempo de 6:48:50 en la posición 89 de la general habiendo hecho los últimos 6,5 km en poco más de media hora y bastante recuperado teniendo en cuenta el mal momento pasado.

Por su parte Isidro ha llegado hace algo más de un cuarto de hora haciendo 6:32:29 en la posición 76 y mi hermano hace ya una eternidad que cruzo la meta (incluso ya se ha ido para Murcia) con un magnifico tiempo de 5:11:50 en la posición 19.


En ese momento estoy muy decepcionado y enfadado, me comenta Isidro que el no quiere venir el día siguiente a la prueba de MTB (estábamos apuntados al Yeti Challenge), yo le comento que tampoco, no porque vaya a estar mal físicamente (no tuve ni una sola molestia de esta índole en la carrera y al día siguiente estaba perfecto, algo cansado pero en perfectas condiciones para correr o salir en bici), simplemente porque pienso que estoy hasta los huevos de carreras, de la saturación de los últimos meses, de viajes en coche, de madrugones, etc..., aun así el domingo me despierto a la 7 de la mañana, me pienso y mucho el irme para Alhama, pero el viaje en coche, el no llegar otra vez a casa hasta las 4 de la tarde y el tener que preparar todo el equipo en ese momento, después de la carrera y al volver a Murcia me convencen de que no. Barajo la posibilidad de irme para la Maratón a correr sin dorsal los kilómetros que pueda o, incluso, entera, pero recapacito y decido que no voy a hacer yo lo que tantas veces he criticado (correr sin dorsal) y menos en una prueba tan importante como la I Maratón de Murcia. Finalmente decido volverme a la cama e irme unas horas más tarde para la meta de la maratón a ver al resto de compañeros de equipo.

Aunque en los días posteriores al Yeti estuve algo desanimado y enfadado, el paso de los días me ha hecho ver las cosas con más perspectiva y extraer unas conclusiones positivas de lo que en principio fue un desastre de carrera:
  • En primer lugar y más importante es que, sorprendentemente, muscularmente no sufrí lo mas mínimo, ni calambres, ni tirones, ni subidas de gemelos o cuádriceps, nada de nada a pesar de la deshidratación y la pájara. Me puse a pensarlo y vi que desde hace algo más de un año no sufro dolencias de este tipo corra la distancia que corra y el tiempo que corra. Las últimas veces que recuerdo molestias de este tipo, aunque bastante leves, fueron en Las Fortalezas 2012. Por fortuna, atrás quedaron auténticos suplicios de esta índole sufridos en Las Fortalezas 2011 y, sobre todo, en La Almudayna de ese mismo año. En La Almudayna 2012, 2013, La Falco 2012, Las Fortalezas 2013, el Ultrafondo de Molina de 2013 y en este Yeti, nada de nada. Se ve que voy asimilando distancias y duración de carreras y entrenamientos.
  • Y, en segundo lugar, que fui capaz de sobreponerme y recuperarme a una crisis bastante fuerte. Esto lo considero importante porque si alguna vez tengo la intención de hacer Ultratrails de cerca de 80 - 100 km o incluso mas supongo que se sufrirán crisis y pájaras de este tipo y también supongo que debe ser bueno tener la experiencia y la fuerza mental y de voluntad para sobreponerse y no rendirse y retirarse.
Pues esto es todo, deseando ya que sea el próximo año para volver a esta magnífica carrera y redimirme conmigo mismo y participar de nuevo en la Challenge y, esa vez si, ir a la carrera de MTB.

Saludos a todos.

4 comentarios:

  1. El Yeti con calor se puede hacer muy duro, lo de la semiautosuficiencia, aparte de no tener averias en el material, deberiamos haberlo planificado bien. Lo de la carrera de MTB a mi me paso el 2º año, asi que decidi no apuntarme mas. Da mucha pereza.

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  2. Enhorabuena; lo fácil en tu caso, y lo lógico, era haberlo dejado; pero después de llegar hasta allí, cualquiera lo deja. Un saludo y creo que yo también haré lo mismo, peo sin bici

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  3. Muy buena actuación de los 3!!hizo bastante calor el fin de semana y así todo es mas duro pero tu supiste reponerte y acabaste muy bien!!genial,muy buena carrera y superando los momentos críticos.Chapeau

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  4. Buena actuación de los tres...Isidro, del año pasado hasta este has tenido una importante mejora, te estarás machacando!

    Menuda odisea Pepe, yo creo que solo tienes que afinar, porque el cuerpo y la mente, ya lo tienes adaptado a estas distancias de sobra.

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